miércoles, 26 de enero de 2011

MIS DOS ACTIVIDADES ESCOGIDAS...


¿Por qué esta actividad?

Antes de amasar el barro, hicimos una actividad la cual consistía en taparnos los ojos, de modo que no veíamos absolutamente nada y nos dejábamos guiar por un compañero el cual estaba conectado a nosotros de una forma muy leve, simplemente por el contacto de las yemas de los dedos. 

En cuanto a esta actividad, es cierto que se desarrolla la confianza, se adquiere una dimensión del espacio que en otras condiciones no la percibimos, es como un mundo nuevo, cosa que pienso que es muy beneficiosa para nuestros futuros alumnos. La confianza es un valor muy importante que han de aprender. 

En mi caso, yo me sentí muy agobiada por el hecho de no poder ver absolutamente nada desde el primer momento en el que tuve los ojos cerrados. De hecho, tuve que detener la actividad puesto que ese agobio me superaba,  pero pienso que es una sensación que yo tengo interiorizada ya que me aterreraría no poder ver lo que tengo a mi alrededor, es algo primordial para mí.  En cambio, a muchos de mis compañeros les resultó una actividad muy placentera y divertida. Por tanto, aquí podemos ver como cada persona es un mundo y como cada individuo tiene unos intereses y unas motivaciones diferentes que tendremos que tener muy en cuenta el día de mañana en nuestras aulas. 

Una vez terminada esta actividad, nos dispusimos a amasar el barro. La profesora nos decía que con el barro íbamos a expresar lo que sentíamos. Mi creación fue una flor (quizá porque tenía los nervios a flor de piel), pero esa flor no se caracterizaba por tener un tacto liso y fino, sino que mientras iba dándole forma me disponía a darle pellizcos con los dedos, haciendo así una textura abultada y rugosa. Pienso que eso es signo de poca tranquilidad y de querer extraer el nerviosismo de mi interior. 

Así pues, mientras iban pasando los minutos, me iba tranquilizando y esa textura rugosa empezaba a ser ya más lisa y cada vez más, y más. 

Pienso que es una actividad ideal para llevar a cabo con los niños una vez han experimentado alguna sensación “especial o diferente” en el aula para que así podamos ver qué es lo que los niños reflejan desde su yo más a dentro. 

También hemos de valorar el barro como una técnica importante para descubrir en qué fase se van encontrando si en un futuro somos maestros en una “escoleta” de 0 a 3, o de niños de 3 a 4 años, puesto que con el barro también podemos deducirlo (al igual que lo deducimos con los garabatos). Un ejemplo sería la creación de bolitas y fideos. El niño se encontratia en la fase del garabato "controlado". 






¿Por qué esta actividad?

 
Esta actividad no ha sido de las que más me ha llamado la atención en cuanto se refiere a diversión y placer, pero pienso que esto es así ya que es una actividad más infantil. 

 Creo que esta actividad cumple los principios en los cuales un maestro ha de basarse, es decir, no se impone al niño una manera correcta o un prototipo especial de dibujo, sino que se deja al niño que desarrolle su imaginación y creatividad, inventando así peces nunca vistos y fantásticos. Es una buena manera de dejar que el niño exteriorice sus gustos e intereses, que dibuje cosas que estén relacionadas con su ambiente. 

Por tanto, con esta técnica podremos sacar mucha información de los niños, siempre y cuando entendamos sus creaciones individualmente, puesto que cada niño tiene unos intereses, motivaciones, vivencias distintas…. 

Así mismo, creo que es una actividad muy completa, puesto que antes de llevar a cabo su faceta creativa, van a llenar una lámina con muchos colores mediante el uso del material de la cera. Otro material no nos serviría, ya que su textura grasa permite que al repasar por encima la lámina se nos quede impregnada de color. Esto también nos tiene que hacer recapacitar a la hora de escoger un material. Tenemos que ir con cuidado qué materiales escogemos, puesto que depende de la actividad o de la etapa en la que se encuentren, pueden o no ser adecuados.

Para terminar he de decir, que el último paso, en el cual los niños han de repasar el dibujo realizado anteriormente, es un broche final perfecto, ya que se van a llevar la gran sorpresa de lo bonito y colorido que ha quedado su dibujo y así mismo, van a descubrir nuevas formas de colorear.